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Los gusanitos y aperitivos similares no están hechos de petróleo (pero eso no significa que sean saludables)

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No eres el único que ha escuchado algo similar, puedes estar tranquilo: el rumor de que los gusanitos y otros aperitivos similares están hechos de petróleo circula de boca en boca desde que el mundo es mundo (nos entendéis...). Esto no es cierto: todos sus componentes son seguros y nada tienen que ver con este origen. Ahora bien, esto no quiere decir que sean productos saludables o de interés nutricional. "Bajo ningún concepto este tipo de alimentos debe recomendarse en un patrón nutricional sano", recuerda a Maldita Ciencia Diana Díaz Rizzolo, nutricionista e investigadora biomédica en diabetes y obesidad.

Rumores de este tipo surgen, entre otras causas, en vídeos como este, donde se afirma que los cheetos y "muchas otras chucherías y golosinas para niños" están hechos con cartón y derivados del petróleo y que están "aderezados con veneno". Como argumento, acercan una llama al bol de snacks, que arde en pocos segundo "como si fuera caucho", según quienes aparecen en las imágenes. Esto se debe, dicen, a la tartracina, otro "peligroso" ingrediente. De nuevo. Falso.

¿Existe una explicación científica, lejos del petróleo, para explicar que estos aperitivos ardan al acercarles fuego? Existe. Como explica Miguel Ángel Lurueña, tecnólogo de los alimentos, en su blog (cuyo nombre, de hecho, es Gominolas de petróleo), lo cierto es que la materia orgánica arde con relativa facilidad.

"La efectista puesta en escena en la que se muestra que los cheetos arden al acercarles una llama no demuestra en absoluto que estén elaborados con petróleo. Arden con facilidad por su estructura hueca, por su bajo contenido en agua y porque, evidentemente, el maíz arde (al igual que la grasa vegetal que contiene el producto)", explica el experto. 

Con respecto a la tartracina, un colorante (E-102) permitido por la legislación europea y la causa del color anaranjado de algunos de estos productos, Lurueña señala que "es cierto que existe cierta controversia en torno a ella".

"Aparte de las letanías de estos charlatanes, existen estudios científicos serios que mostraron resultados inquietantes acerca de este colorante", señala, pero pone esta afirmación en contexto: tras ser revisado este componente por las autoridades competentes, como la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), se decidió mantener las cantidades de su Ingesta Diaria Admisible (de 0-7,5 mg/kg de peso corporal/día), al superar los estrictos controles realizados para conocer si era seguro para la salud.

Por lo general, los componentes que sí se encuentran entre los ingredientes de estos aperitivos, según afirma a Maldita Ciencia Ana Zugasti, vocal de comunicación y miembro del área de nutrición de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición, son la sémola de maízagua, entre un 10 y un 12% de aceite (girasol lo más habitual) y alrededor de un 1% de sal. Ni rastro de petróleo o cartón.

La experta apunta que, en la receta de estos snacks, destaca la presencia de glutamato monosódico o aditivo E-621 (GMS). En Maldita Ciencia ya explicamos que no debes preocuparte por su presencia, sino por la calidad general de los alimentos que lo incluyen: los ultraprocesados. "[El GSM] está totalmente permitido y se considera inocuo para la salud en las dosis adecuadas, sobre todo cuando forma parte de alimentos", recuerda Zugasti que, no obstante, advierte que "el fuerte sabor que proporciona a los productos en los que está presente tiene un gran poder sobre el consumidor". "Este aditivo, en conjunción con la sal y el azúcar, en las proporciones idóneas, es capaz de provocar una especie de adicción", apunta la experta.

"Otro componente a vigilar es la sal. La OMS recomienda que los adultos no superen los 2 gramos al día. Para los niños reduce este límite en proporción a sus necesidades de energía, lo que equivale a menos de un gramo para un niño de dos años", explica Zugasti.

Los gusanitos y productos similares se someten a un sinfín de procesos para potenciar su sabor. "Los ultraprocesados que no buscan alargar la vida del alimento, mejorar su conservación, envasado, etc. no son recomendables en ningún caso", recuerda Díaz.

A pesar de ello, como indica la experta, "el consumo de un alimento per se de forma aislada, no es determinante de la salud de las personas y todo siempre debe estudiarse en un contexto (¡hasta la dieta!)". Si te pica la curiosidad, en este vídeo puedes ver cómo se hacen los gusanitos.


Primera fecha de publicación de este artículo: 27/01/2021

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